En éste contexto, las escalas de valor y "moral" son tan diversas, como los rostros, historias e ideas. También parecen yuxtapuestas.
Lo prohibido para unos, es normal o valioso para otros.
Si has vivido en un entorno violento, creerás que lo adecuado y hasta normal es abusar de los demás para alcanzar tus objetivos.
Esa ha sido tu norma "moral", lo <perfecto>, la <supremacía>.
En cambio, si has crecido en un ambiente plagado de prácticas e ideas abrahamánicas (o judeocristianas), tu moral será distinta...de decirte manso y piadoso...o eso se pretende como <perfección>, porque el egoísmo es una condición nata, del animal humano.
Andando en ambientes de corte cristiano o igual de Mano Derecha, la "perfección" radica en la idea de anteponer el bienestar de los demás, por sobre el tuyo, atentando contra tu individualismo.
Lo 'perfecto' es cumplir estrictamente con las normas impuestas por tu entorno, luchando contra tu propia naturaleza.
Hemos visto muchas veces a feligreses católicos salir de sus misas, a hablar pestes de los demás.
Igual notamos a personas que se dicen muy adentradas en Senderos de Mano Derecha, despotricándo unos de otros o atacándo de manera que nunca les dictaría su sendero.
Por eso, acá coincidimos en que un gran paso para pretender una perfección es ser coherente con nuestros actos y palabras.
El concepto de "perfección" también es muy relativo.
La perfección no se alcanza, pero somos perfectibles.
Dra. Karolina Kuri