Descubrimos un muy simpático término, que acusa a algún practicante (o presunto practicante), de ser sólo "una base de datos".
El término "brujo de escritorio", "brujo de biblioteca" se aplica de manera peyorativa a aquella persona que, al no poder demostrar su intuición mágica, o peor aun, carecer de percepción, se limita a citar datos, autores o fechas a modo de "ficha bibliografica".
Esto es, sin duda un gran mérito, ya que se cuenta con una gran cultura y el buen hábito de la lectura.
Sin embargo, la mayoría de los "brujos de escritorio", carecen de la voluntad de hacer, inventar algun ritual para apoyarse en la vida.
Ésta curiosa tribu esotérica, está más preocupada por abarcar, monopilozar textos en su idioma, así también destacar via redes sociales, que en disfrutar un trabajo mágico.
Generalmente, son intolerantes a los métodos ajenos, sobretodo a los de los que sí se atreven a "sentir".
Se centran en corregir, hasta las cosas más intrascendentes, en vez de proponer.
Se apegan férreamente a su autor favorito, y creen que sus ideas deben seguirse al pie de la letra, de lo contrario, te tildan de "ignorante".
Lo que hace a un buen practicante (al mas COMPLETO) es
1)ser tolerante, con modos y prácticas ajenas. Los métodos de magos conocidos, no siempre le funcionan a todos.
2)el equilibrio entre datos (libros) y el "feeling".
Por feeling (sentimiento), queremos decir "intuición", dejar fluir la magia innata que hay en todos y cada uno de nosotros.
3)Abrir la mente. No siempre se tiene la verdad absoluta. Estar abierto a propuestas, y compartir sin necesidad de opacar al otro... ni mucho menos, minimizarlo.
Reconozcamos el valor de la literatura mágica, peeero aprendamos a CERRAR los libros y comenzar a SENTIR con nuestros dones naturales.
