No me refiero a los Maestros de colegio, más bien a los de Vida.
Algunos, me enseñaron con sus actitudes a no imitarlos, sobretodo por lo que generaban a su alrededor que les hacía sufrir.
Otros, me trataron duramente, a esos recuerdo con más nitidez.
Esos maestros me trataban de una forma ruda, dura., cruda...a veces me hacían llorar de angustia o ira, al exigirme cosas que me eran imposibles. Sin embargo y con los años y el camino recorrido, comprendí el porqué de esa rudeza.
Lo único que deseaban era sacar lo mejor de mí.
"Picarme" el orgullo, para que florecieran mis fuerzas, capacidades y destrezas.
Obligarme a ser fuerte, capaz y sobretodo a descubrir potenciales que no me conocía.
Al final, cuando concluyó nuestro período de convivencia en ese lapso de tiempo, igual me confesaron su aprecio o cariño y me confesaron el porqué la aparente hostilidad.
Para otros, el tiempo habló por ellos poniéndome en situaciones que me indicaron el porqué de esas conductas.
El mejor regalo que me dejaron...ahora que no los tengo cerca es
EL PODER RECONOCER MIS FORTALEZAS.
Soror Aruhadit (Amra Rama)