Contaba mi abuela, asidua practicante de hechicería y en su tiempo famosa curandera en su pueblo, que "entregarle un niño al demonio" no era otra cosa que abandonar nuestro ser ignorante y buscar la sabiduría y conocimiento principalmente a través de ir observando al mundo y la naturaleza, a medida en que se crece y madura uno como ser humano.
Entregar tu "niño interior", carente de conocimiento suficiente para comprender del todo la vida y sus avatares, a cambio de esa sabiduría alcanzada sólo por medio de una adultez... y culminando en la senectud.
"Sin embargo es recomendable conservar siempre algo de esa inocencia y creatividad que se pierden muchas veces al madurar."- me decía sonriente.
Me explicaba que el ""demonio"" no es otra cosa que el simbolismo de una verdad oculta. Una sabiduría oculta, a la que te entregas confiado cual pequeño infante.
Que ésta idea de "sacrificarle niños al diablo" se haya tergiversado en un acto literal y atroz....es culpa de todos aquellos quienes nunca han entregado su niño al conocimiento y que no tienen ni idea de su significado.
iPobres!